miércoles, 24 de mayo de 2017

El lobo y la cordera



Estábanse los dos regocijándose
en tirarse el pesoe a la cabeza…
cuando en las votaciones del domingo
le ganó Pedro el lobo a la cordera
sultana de Sevilla que sin silla
se quedó do poner las posaderas.

¡Qué espanto, qué quebranto,
qué mosca cojonera
y qué resurrección
del Pedro calavera;
qué claro revolcón,
qué quiebra del sistema
bipolar de partidos
de derechas  a izquierdas,
de delante hacia atrás
como en el baile de la yenka,
por una militancia
más que nada pedrera y regatera
porque así se las gastan
las hordas puñeteras!

Pedro el lobo se impuso en las primarias
a la locuaz Susana añeja
que no supo balar en andaluz
como era de esperar, y en consecuencia
empezó a florecer
una rosada rosa nueva
que estaba marchitada
por sucesivas turbulencias
en el gran aparato
de la dirigencia.
Ya no hay quien a Pedrito le rechiste:
ni Felipe ni Guerra,
ni barones vencidos
ni gestoras pendejas.

Así fue la batalla,
y la carrera
de los dos contrincantes
por una sola apuesta;
no quedó en tablas
sino en bandeja
del peliagudo Sánchez:
miel sobre hojuelas.

A ver ahora qué pasa
cuando se sumen mil y una querellas
de los damnificados
por este y por aquella.
Entre tanto, señores,
adiós, “adiós, cordera”.
Pedro a Ferraz
y ella a la Bética
de donde nunca
salir debiera,
pero lo hizo, y tarde,
por obediencia
pagando caras
las consecuencias.

De lobo bueno…
ni uno siquiera
aunque Goytisolo
para sí lo quisiera
como poeta malo
de la española lengua,
pues la rabia babosa
y la naturaleza
de tamaño animal
es carnicera,
y ya ha empezado a obrar
a su manera.

A todo esto, España
¿dónde se queda?
Adivínelo Vargas.
Y… moraleja:
Vive tu vida,
y  nunca desafíes a una fiera.

91 8470225

1 comentario: