San Pedro, piedra de Segovia

Sobre esta roca
asentaré mi Iglesia,
dijo Jesús
de Galilea
a un pobre Pedro
pescador a cuenta
de que las redes
le emergieran llenas
de peces gordos
sobre la arena,
y luego le negó
la noche aquella
que compartieron
sombras y estrellas,
panes y vinos
y confidencias,
y aún se mantiene
bella y enhiesta
la fiel palabra,
la fiel promesa
de Jesucristo,
Señor de veras,
contra los vientos
y las mareas
que a España azotan
y a España asuelan
pues que no son
cual Él,  Profetas,
los que han llegado
a someterla
pero de unión y amor
no han ni idea.
Hablo en parábolas,
pese a ser ciertas.
De ahí que Segovia
aún lo celebra
como patrono
singular de sus Fiestas.
Viva Segovia,
viva mi tierra.

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¿Veto o voto?

Las cosas, claras.
Difícil cuestión
a la que responder
sin precaución:
¿El voto? Sí.
¿El veto? No.
El veto comporta
la renunciación,
igual al igual
que al opositor
sin dar a ninguno
su propia ocasión
de mostrarse juntos
y tal como son
en esta contienda
por tu o mi sillón.
Ahora elija usted
una de las dos
opciones que estén
a su gusto hoy.
Yo es que votar…  voto,
pero vetar… ni a Dios.
¿Me lo han entendido,
señora, señor?
26 de junio,
vamos, por favor,
a elegir a aquel
que dé solución
a tanto desmadre,
a tanto follón
y a tanta insegura
bicolocación.
Y fuera posturas
y fuera abstención
y fuera delirios
de un u otro color.
Ya está bien de estar
sesteando al sol
de esta España nuestra
que no, no es mejor,
porque se la juegan
sin contar con nos.
Echémosla a urnas.
¿Quién gana? ¿Quién no?
Y al que salga el “primo”
aceptémoslo.
¿Iglesias, Albert,
Sánchez o Rajoy?
Cuántas preguntitas,
ay, cuánto playboy,
vole, vole, vole,
vole, voleibol.

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La penúltima gambada (gamberrada) de los podemitas y sociatas

Menú proletario

con cargo al erario

público, notario

de mesa y mantel:

Gambas y gambones,

ostras, camarones,

vieiras, chipirones…

en plan y a granel.

¿Los protagonistas?

Pues los podemistas

y los socialistas,

ambos en tropel.

¡Qué hambruna, qué hambrones

de gustos cabrones

dándonos lecciones

de saber comer!

¡Hostias, qué ladrones

de las subvenciones

de las elecciones

que están al caer!

Rojos y morados

del proletariado,

se han visto acosados

por su carné infiel,

mezclando mariscos

con pulpos ariscos

por entre los riscos

de la mar bajel.

Añadir ostrones,

sepias, camarones,

chirlas, mejillones

y un u otro jurel.

Añadir cigalas

traspuestas por gala

y ¡hala, hala, hala!,

un congrio también.

Añadir almejas

con la concha vieja

y la moraleja

nos saldrá fetén

A estos comensales

vivales, reales,

no les falten sales… ,

y que sed les den.

¿No son ejemplares

de citas de bares

por sus malabares

juegos de ajedrez?

Pues que en propia tinta

-¡qué pinta, qué pinta,

al día no extinta!-

bañen su altivez.

Coquinas, navajas

a la alta y la baja

como en la baraja

se sumen tal vez.

Y bueyes, langostas… ,

pues de costa a costa

no les fue a su costa

tanta exquisitez.

(¿Faltan calamares,

faltan caracoles?

Ole y ole y ole,

ponedlos a pares

a los dos también)

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Barra libre para el cambio

Barra libre para el cambio:

para mentir e insultar,

para huir y destruir,

para odiar y saquear.

Y todo ello en tu nombre,

Libertad, ay, Libertad.

¿Y no sería mejor

soñar, comprender, amar,

jugar, caminar, leer,

emprender, subir, volar,

sentir, unir, recibir

y dar, sobre todo, dar?

Ahora me pongo a llorar.

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Segovia en fiestas

Entre San Juan y San Pedro
Segovia se mete en Fiestas.
Suenan dulzainas con pitos
y tambores roncos suenan.

Debajo del Acueducto
nadie se duerme la siesta.
De la mañana a la noche
se salen por peteneras

padres, madres, niñas, niños,
tías, tíos, yernos, yernas,
abuelitos, abuelitas
y otras personas caseras,

que en corro bailan la jota
tocando las castañuelas.
Segovia en Junio, señores,
es trotera y danzadera.



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A Antonio Colinas, Premio Reina Sofía

Me acuerdo detalladamente del día en que presenté a Antonio Colinas en las Veladas Poéticas de la Universidad SEK Internacional de Segovia. Estuvo tan soberbio como humilde, tal cual es y se comporta habitualmente este bañezano ahora laureado con el Premio Reina Sofía, tan merecido.

Desde “Sepulcro en Tarquinia” a “Canciones para una música silente” le he seguido sin parar y me he deleitado y aprendido con sus poemas novísimos, en los que mezcla la tradición clásica con la vanguardia de la experiencia. Poetas así, tan caballerosos, que aúnan la persona con el personaje, no se olvidan jamás. Ética y estética las porta juntas bajo su cabellera ya nevada de canas.

En su último libro, “Memorias de un estanque”, se recoge a sí mismo y nos cuenta que ha ido, no adonde ha querido, sino adonde la vida le ha llevado. Y en esa vida suya nosotros nos sumergimos con placer lector y pensador. Y es que Colinas es un ejemplo memorioso y memorable de saber estar en cualesquiera circunstancia, la de profesor universitario o la de viajero por la naturaleza. Ama los ríos y los bosques a la vez que la monumentalidad de las ciudades y nos los hace emocionantes porque los siente así y nos los hace sentir a nosotros, pasmados ante su elocuencia rítmica y rimada. Dios se lo pague.

Tendría tanto que decir de él, que mejor es que me calle, para que ustedes, como yo, sin perder el tiempo en elogios, se involucren en su obra limpia y hermosa, tan a pie de tierra como elevada a las alturas de un San Juan de la Cruz hodierno. Vale.

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Al asalto del Gobierno

 Al asalto, que no salto, del Gobierno

de la Nación anda Podemos,

pero no suelto, amarrado

por cordeles periféricos.

Ya veremos en qué paran

sus fluidas Confluencias;

de momento corren aguas

revoltosas y revueltas.

Si poner de acuerdo a dos

es tarea de titanes,

poner de acuerdo a doscientos

no lo hacen padre ni madre.

Están al caer los votos

en las urnas decisivas.

Ojalá se les congelen

en ellas las sonrisitas.

Dibujan un Corazón

en el Círculo Morado,

pero la amorosa víscera

suele partirse de infarto.

Aire, aire, y que respiren

los votantes a su antojo,

saltándose a la torera

el dudoso trampantojo.

Telegénicos de “Tuercas”,

dicen que son compasivos;

si es que no fuera mentira,

es que les falla un tornillo.

Junio se alza y se calienta

en vísperas de elecciones;

en ellas hay que verter

más que corazón, RAZONES.

Pues llegada es ya la hora

de acabar con la función

de tanta y disparatada

votación sin concreción.

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El Gil de Biedma, fallo tras fallo

Fallo tras fallo, publican

que va el Premio Gil de Biedma.

Natural. Son veintisiete

las votaciones secretas.

Pero algunos maliciosos

preguntan, dicen, comentan…

si en el ínclito Jurado

no habrá alguna mano negra.

¡Qué ha de haberla, malandrines!

¡Cuán bífida habéis la lengua!

No lo quiero ni pensar

¡Para el teatro esa “mierda”!

O sea, éxito, suerte,

aplausos, bendición, ea.

Las manos han de estar limpias,

séanse blancas o negras,

que Bob Esponja no miente

pues lo suyo es la limpieza.

Así que a callarse todos,

aunque armados de paciencia.

Ya les tocará algún año

la lotería secreta.

Hasta entonces, punto en boca

y poema tras poema.

Tengamos la fiesta en paz,

que para eso es la fiesta.

Y a la vez, amigos míos,

con tambores y trompetas,

celebremos que Segovia

celebre a don Gil de Biedma.

a.sotopa@hotmail.com

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Jubilados a la intemperie

¿Qué hacéis mano sobre mano,
compañeros jubilados
que gozáis de bienestar?
¿No tenéis un “hobby”, un algo
que os despierte del letargo
en el que el tiempo pasáis?

Despabilaros, muchachos;
queda mucho, mucho cacho
para seguir en acción:
un paseo, una lectura,
una excitante escritura,
un buen rollo, una excursión.

Jubilados de mi vida,
el trabajo no termina
en la empresa. Cada cual
debe aprender nuevamente
a estar presto y consecuente
en su ya tercera edad.

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Pensión Flora, premio al mejor libro de teatro

No sé si sabía Basilio Rodríguez Cañada el Grande, factotum del Grupo Sial Pigmalión, que ya Antonio Buero Vallejo, cuyo centenario celebramos en mutísimo silencio, me había definido como “duende, niño y poeta con barba y pipa” en el prólogo-introducción a mi “Teatro para niños” editado por Fundamentos en 1981.

El caso es que acaba de otorgarme el “Premio Escriduende” a la Mejor Obra de Teatro 2016 publicada en su Catálogo, y yo se lo agradezco fervorosamente aquí.

La entrega del galardón tendrá lugar en la Biblioteca Eugenio Trías el domingo 12 de junio, a las 12 horas, como colofón de la Feria del Libro de Madrid. Nuevamente, gracias.

No paro de pensar que detrás de cada hombre o mujer, niño o niña, adolescente o adolescenta, joven o jóvena… existe un ángel o duende de buena o mala sombra y suerte, que dirige y ampara o tergiversa y hunde su porvenir.

¿Existen los duendes, los gnomos, los elfos, las hadas, las brujas? Claro que sí. Y más de una vez los vemos, los hemos visto y volveremos a verlos e imaginarlos. Porque los necesitamos. De ahí el éxito de mi “Pepín Pepino, el fantasma miedoso” (Editorial San Pablo), que ya va por su séptima edición y que colma los sueños de todos sus lectores por los colegios de España e Iberoamérica. (Aparte de sus traducciones al polaco y al italiano)

¿No fueron duendes (benéficos) Lope de Vega, Quevedo, Góngora, Bécquer, Espronceda, Machado o Rubén Darío? Y más y más. Pues yo también, milagrosamente.

Permitidme un recuerdo final para Gloria Fuertes, mi hada madrina en esto de los cuentos y las poesías. Ella me confesó que “estaba hasta los ovarios de niños”. Lo decía de mentira, porque yo tampoco estoy “hasta los h.” Ningún lector logra tocármelos, sino que se sonríe conmigo.

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El Premio Gil de Biedma honra a Segovia

Fallo tras fallo, se dice
que va el Premio Gil de Biedma.
Natural. Son veintiséis
las votaciones secretas.
Pero algunos maliciosos
preguntan, cuentan, comentan…
si en el ínclito Jurado
no habrá alguna mano negra.
¡Qué ha de haberla, malandrines!
¡Cuán bífida habéis la lengua!
No lo quiero ni pensar.
No se dan formas arteras.
Juzgo al di(s)putado Premio
libre de toda sospecha.
Y los que ya han sido honrados
con tan jugosas prebendas,
que brinden en comunión
y que el público les lea.
Dicho con hondo respeto,
para el teatro es la “mierda”,
que por otra parte indica
suerte y aplausos, o sea.
Las manos han de estar limpias
en cualquier comparecencia,
séase por distinción
o como elegante muestra
de falta de corrupción,
sean blancas, sean negras,
que Bob Esponja no miente
y lo suyo es la limpieza.
Así que a callarse todos,
aunque armados de paciencia.
Ya les tocará algún año
la lotería dispersa.
Hasta entonces, punto en boca,
poema sobre poema.
Tengamos la fiesta en paz,
que para eso es la fiesta.
Y a la vez, colegas míos,
con tambores y trompetas,
celebremos que Segovia
le honre a don Gil de Biedma.
Al madrileño Jacobo
y al cordobés Paco Onieva,
mi más enjundioso abrazo
y cordial enhorabuena.
No es fácil hacerse un nombre
en medio de la contienda
en la que verso tras verso
se la juegan mil poetas.

a.sotopa@hotmail.com

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