martes, 4 de octubre de 2016

La soledad del profesor de fondo



“La soledad del profesor de fondo”, novela autobiográfica, representa la trayectoria de toda una vida profesional dedicada a la enseñanza y la educación, tanto en el entorno rural como en el capitalino, y está enmarcada entre el franquismo más duro y el libertinaje democrático de estos momentos controvertidos, siempre con el reflejo de la sociedad evolutiva frente a frente. Ya lo dijo Baroja: “un espejo en el camino es la novela”.
 
Hay en el relato de ese espacio crónico y sentimental narración, descripción, pequeños ensayos, largos diálogos, simpáticos teatrillos y monólogos interiores, porque el género novelístico es un saco no roto en el que caben todos los demás. Todos le valen al personaje protagonista, que es, sin duda, el autor, el alter ego, para su causa redentorista sobre el magisterio, que hoy se halla en el coso de arena movible de las discrepancias más dispares.

Ese personaje -también agonista- se erige como un modelo angular a seguir e imitar. El autor, travestido a más no poder, da rienda suelta a mil evocaciones populares y pedagógicas, con un lenguaje fluido, directo, coloquial, tierno y melancólico en suma, y es que la escuela ya no es lo que fue: un acotado recinto de disciplina y exigencia por la excelencia, un aprendizaje lúdico y festivo, un hogar de crecimiento espiritual y de respeto al profesor, al que los padres confiaban el robustecimiento y enderezamiento de sus retoños de carne y hueso en los años verdes y difíciles de la infancia, la adolescencia y la juventud, según el veredicto de Luis Vives, nuestro humanista renacentista español.

En “La soledad del profesor de fondo” (Ediciones  Vitruvio, Madrid 2016) siempre se imponen, línea a línea, las directrices y reflexiones del Maestro ante el despistado desbarajuste de los claustros profesorales y los dictados políticos de los distintos ministerios sucesivos: Logse, Lose, Lomce…, ¡paparruchas!

Por otra parte, la novela se lee con gusto y curiosidad crecientes, ya que el lector se siente identificado (o contrariado) por lo que se le expone a la pata la llana, sin pelos en la pluma, y todo el mundo lo entiende y asume porque lo ha experimentado en sus propias carnes iniciáticas.

Se trata, pues, de ahormar, transformar y reformar costumbres y conciencias con vistas a un mejoramiento cada vez más intenso y necesario. El triunfo –social, personal, profesional-  no se consigue por efecto de la suerte, sino que la suerte sucede acompañada del trabajo y la constancia que les ofrecen “la forja de la voluntad” y el buen sentido común, cada día menos común, desgraciadamente.

Os espero con los brazos abiertos y la lengua afilada el 5 de octubre, a las 19,30 horas, en el nuevo edificio de la Biblioteca Pública de Segovia, calle Los Procuradores de la Tierra, número 6. Presentará el escritor Ignacio Sanz. Pedidos a Ediciones Vitruvio y a la venta en las librerías segovianas. Y de antemano, gracias, paisanos.

918470225

No hay comentarios:

Publicar un comentario