viernes, 10 de junio de 2016

El Premio Gil de Biedma honra a Segovia

Fallo tras fallo, se dice
que va el Premio Gil de Biedma.
Natural. Son veintiséis
las votaciones secretas.
Pero algunos maliciosos
preguntan, cuentan, comentan…
si en el ínclito Jurado
no habrá alguna mano negra.
¡Qué ha de haberla, malandrines!
¡Cuán bífida habéis la lengua!
No lo quiero ni pensar.
No se dan formas arteras.
Juzgo al di(s)putado Premio
libre de toda sospecha.
Y los que ya han sido honrados
con tan jugosas prebendas,
que brinden en comunión
y que el público les lea.
Dicho con hondo respeto,
para el teatro es la “mierda”,
que por otra parte indica
suerte y aplausos, o sea.
Las manos han de estar limpias
en cualquier comparecencia,
séase por distinción
o como elegante muestra
de falta de corrupción,
sean blancas, sean negras,
que Bob Esponja no miente
y lo suyo es la limpieza.
Así que a callarse todos,
aunque armados de paciencia.
Ya les tocará algún año
la lotería dispersa.
Hasta entonces, punto en boca,
poema sobre poema.
Tengamos la fiesta en paz,
que para eso es la fiesta.
Y a la vez, colegas míos,
con tambores y trompetas,
celebremos que Segovia
le honre a don Gil de Biedma.
Al madrileño Jacobo
y al cordobés Paco Onieva,
mi más enjundioso abrazo
y cordial enhorabuena.
No es fácil hacerse un nombre
en medio de la contienda
en la que verso tras verso
se la juegan mil poetas.

a.sotopa@hotmail.com

918470225

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