miércoles, 23 de septiembre de 2015

Dos soldaditos valientes

Al río Duratón
-porompompom-
se fueron a bañar
dos niños con un par
de espadas de madera
hechas a su manera
-¡clas, clas, zas, zas!-
para matar
a un dinosaurio huesudo, grandón y gruñón.
¿Y cómo se llamaban
los niños del montón
que imitar intentaban
a Ricardo Corazón de León?
Héctor y Alba, y no más.
El primero, un bombón;
la segunda, bombona, detrás.
-¿Estaba ella jamona?
-Quizás, quizás.
Y aquí se acaba el cuento
-palabra que no miento-
Aprended su lección.

a.sotopa@hotmail.com
918470225

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