miércoles, 3 de junio de 2015

Frases hechas y a medio terminar

La razón no se inclina, se yergue y centra.

¿Cuándo vais a dar en Diana, cazadores esperpénticos?
Devorar, devorar, devorar… sin entretenerse a degustar.


El mayor  placer no consiste en vivirlo, sino en recordarlo:


Aquel almuerzo campestre entre amigos literarios que te citaban de memoria a Homero, Virgilio, Horacio…; aquellas visitas a Venecia, Florencia y Sevilla, con la amada de la mano, por puentes y canales; aquella invasión de amor por la naturaleza en un bosque polaco de abedules cabe el Vístula, rodeado de un anillo de discípulas universitarias de Iberística oyéndote cantar a García Lorca…”yo me subí a un pino verde/ por ver si la divisaba”. (Sigue tú, lector) 

¿Cómo serán los sentimientos de los otros? ¡Oh, pozo insondable! Pero nos paramos en el brocal de la superficie.


La quietud del árbol es lo que le fortalece. Dicho de otro modo: El árbol se fortalece en la quietud. Y los vientos…etc, etc. (Propio para viajeros incontinentes)


Ansia de saber lo que escribieron otros, sin detenerse a rumiar lo que piensa uno mismo.


Nunca distinguirás tus propias emociones de aquellas que te imprimieron los demás sin darte cuenta.


Los tontos son más felices que los listos, dicen. Lo malo es que, por tontos, no se enteran. 


Nunca oí blasfemar tanto y tan alto como en una reunión con curas jóvenes en las riberas del Duratón por Fuentidueña. Y el agua bautismal, sin inmutarse.


La corriente de la vida se llevará también



a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario