jueves, 9 de abril de 2015

La Rosa con espinas

La Rosa Díez (color magenta) es una Rosa con espinas: las propias de su adustez autoritaria y las que le han impuesto o infligido los desertores de la UPyD que ella creó hace pocos años, al desvincularse del PSOE del País Vasco, en el que militó, y con cargos de decisiva relevancia, hasta entonces. Refranero popular al cante: donde las dan las toman y las devuelven.

Así que Rosa Díez “coronada” se halla, pero de espinas, pues está recibiendo la misma medicina mortal que hizo tragar a los suyos anteriores. Es “lo normal y habitual” entre los partidos, “matarse” unos a otros. Aunque los hijos que vos matais, como contaba el romance, gocen de buena salud. Que los hijos, a quien matan es al padre o a la madre, desde el principio de los tiempos. O al hermano, como Caín.


Le han dejado sola a Rosa como a una madrastra huraña y mandona por sus malos tratos a los hijos que acogió o se le acogieron en una primera instancia: Irene Lozano, Toni Cantó, Fernando Maura, Enrique Calvet…-demasiados tal vez- y los que le rondarán a la morena, porque la estampida no cesa.


Hasta hoy, acaso. Hoy que se aproximan las votaciones municipales y autonómicas de Mayo, nada bueno tiene que esperar Rosa, por no haber consentido una alianza con su atlátere CIUDADANOS, partido emergente del guapo y provocativo Albert Rivera. Aunque Rosa Díez entone el canto del cisne o la cisna de que son distintos sus partidos, la verdad es que parecen iguales, tallados a cincel de honestidad por su lucha contra la corrupción. Lucha loable, sin duda.


Sola está la Rosa. Y permanecen las espinas crucificadoras. Ha muerto en un día de abril, en un abrir y cerrar de ojos o pétalos, como aquella rosa que cantara, en un epicedio maravilloso y tristísimo, el poeta Francisco de Rojas:


“Pura, encendida rosa,
émula de la llama
que sale con el día
¿cómo naces tan llena de alegría
si sabes que la edad que te da el cielo
es apenas un breve y veloz vuelo”?


Lamento su parpadeo final, pero tampoco me importa tanto. A una rosa le sucede otra, y aun clavel otro clavel.


Que lo que venga sea mejor para todos, para el país convulso, revuelto y desorientado, pero mucho me temo que en una pelea de gallos como la que se está fraguando…, todos, todos, lo que vamos es a perder por la inestabilidad política.

91 847 02 25
a.sotopa@hotmail.com

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