viernes, 27 de marzo de 2015

Soliloquio de Dulcinea del Toboso

¿Adónde te escondiste,
Amado sin mesura,
Pues ni conmigo diste
Después de larga marcha en mi procura?

Sueño es la vida.
Sueño eterno es la muerte.
¿No hay Dios que bien te alerte
y detenga tu huida?

Aquí yazgo durmiente
esperando la dote
que me daría el zote
de Sancho, tu emisario incontinente.

Ven a mí, la inventada
atracción del amor.
Ven a mí, la esclavada
potencia de tu genio seductor.

No me mandes recados.
No habito en el Toboso.
Sigamos pareados
en la ilusión de un roce sin reposo, deleitoso y silencioso.

En un rincón del alma
te aguardo todavía.
Ven, Quijote, y ensalma
tu alma con la mía.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25




No hay comentarios:

Publicar un comentario