miércoles, 11 de febrero de 2015

Tiempos inestables para ser o no ser

De nieve y hielo frígido/ se ha vestido el paisaje.
Las cumbres sólo sirven/ para esquí y patinaje.
Puñales de carámbanos/ se cuelgan del ramaje.
No hay más que estarse quietos/ a esperar su desgaje.

Vida serena en torno,/ vida que es la no vida,
dulcemente callada,/ mansamente extendida.
Los poetas se crecen/ con la lira tañida
del corazón de invierno/ a tientas suspendida.

Y no ignoran que pronto/ vendrá la primavera
a ver quién cada uno/ la asume a su manera
en cuanto se le toque/ no más que la cartera:
un ejemplo ostensible,/ Juan Carlos Monedera.

Yo me meto en mí mismo/ y cuento lo que fui
en más prósperos tiempos/ con los que me asumí
como un vidente experto/ o un zorro zahorí:
la insistente experiencia/ me llevó a ser así.

Chuzos de punta caigan/ sobre la tierra inquieta
girando y más girando/ hacia una abismal grieta
del pueblo dividido/ sin solución concreta
de aquellos que en Podemos/ no muestran más que jeta.

Yo estaré al tanto siempre/ del sentido común
para no ser castrado/ ni caer en ningún
vellocino de oro/ cataplúm, cataplúm,
que nos hunda hasta el fondo/ de una sima simún.

Túmbala, túmbala, túmbala,
 bálala, bálala, bálala;
con corderos del trágala, trágala
se acabó la alcadábala.

¿Resolución?
Dénnos la razón
y el corazón,
duple atracción.



91 847 02 25
a.sotopa@hotmail.com

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