jueves, 26 de febrero de 2015

Albert Rivera, a la espera de la primavera



Yo te saludo, Albert Rivera,
si es que pretendes alcanzar la primavera
política al país que hasta ayer fuera
coto de caza bipartita ladronera.

Pero cuidado, amigo,
pues pocos caballeros cabalgan aún contigo;
una cosa es soñar y otra dar trigo,
con pajas de palabras no se amasa el bodigo.

A Mayo te convoco,
y si no me equivoco,
quedarás en el zoco
de las urnas como el canto de un loco.

¿Entre los liberales?
¿Entre los ideales?
¿Entre los más leales
o entre los desiguales?

Todo ello puede ser.
Ciudadanos limpísimos fueron todos antes de asaltar el poder,
y luego se ocuparon de sacar más que meter.
Nos quedaremos nuevamente a ver sin catar un rosicler amanecer.

Falta nos hacen líderes como tú,
para que no seas simplemente un paspartú
en el cuadro disputado, al que le hagan tururú
los que canten el gordo, y tú ni fa ni fu.

Esto fue así desde Caín y Abel,
siempre enfrentados los buenos con los malos de Luzbel;
la serpiente reptante puede cambiar de piel,
pero nunca jamás será ya este mundo un Edén.


a.sotopa@hotmail.com

91 847 02 25

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