Sea la luz, dijo Dios
empezando a procrear,
y de su impulso salió
todo después sin parar:
mares, bosques, montes, valles,
ríos, piedras, flores, frutos,
cabos, golfos, aires, aves,
lluvias, nieves…y hombres brutos.
¿Y qué hacemos con sus dones?
Eso me estoy preguntando,
delirando, delirando
y sin hallar soluciones.
Unos los malversan, ¡hala!,
otros los usan sin tino,
algunos, qué triste sino,
los odian a punta pala.
Pero nadie se preocupa
de echar una mano al mundo
estando como está, inmundo,
y chupa, chupa que chupa.
Señor, ya no nos deis más;
no merecemos tu gracia
desde que en Grecia la acracia
se impuso en un paso atrás.
Sea la luz otra vez,
resurja un renacimiento
y que las alas del viento
se lleven tanta memez.
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
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