lunes, 17 de noviembre de 2014

Huellas españolas en el norte marroquí

Marruecos mira a España con una mezcla de admiración y desconfianza. No me refiero al gobierno alauita, que político no soy, y allá (Alah) se entienda más o menos con el gobierno español, en tensión continua, sino a su sociedad civil trabajadora, cada día más organizada y eficaz. Sin duda es digna de tener en consideración su lucha por la vida en unas condiciones infraindustriales, en las que la mano de obra sobre animales es su principal recurso económico, junto a una agricultura, un comercio y una minería aún deficientes. ¡Les queda tanto campo virgen por explorar y explotar! Pero en ello se empeñan, y en construir autovías y ferrocarriles, y en atraer al turismo mundial por sus playas y medinas, y en ampliar sus puertos en el Estrecho de Gibraltar que, más que separarnos, nos une, con beneficiencia para ambos países fronterizos por encima del mar. Y trataré de explicarlo.

En un repaso rápido de sólo cuatro días por el norte marroquí –Tetuán, Tánger y Chauen o Chefchauen- he tenido el privilegio de que me informaran de sus afanes laboriosos gentes muy cualificadas en el desarrollo de la zona, desde responsables gubernamentales a empresarios independientes. Marruecos mima ahora a su región rifeña de raza bereber tanto como hasta hace poco la temió.

Antes de seguir escribiendo, debo constatar el impulso dado por las firmas españolas en connivencia con las marroquís, a través de un capital y un obreraje mixtos, cuyas excelentes realizaciones se aprecian a simple vista: De Tánger a Tetuán, Nador y Alhucemas… no paran las obras.
Pero lo más importante, entrañable y estimulante de este trasiego mutuo es el enlace de idiomas, ideales, tradiciones y costumbres. No hay rifeño que no se exprese perfectamente en castellano o no guarde las llaves de la casa que sus ancestros se bajaron de Andalucía. –“Hola, hola, viva el Real Madrid”, te saludan hasta los niños, mientras conducen las reatas de corderos astados por estrechas calles escalonadas en las que se exhiben pieles,  sedas, carnes, frutos y artesanías de todo tipo. Y el azul y el blanco encalados son sus colores preferidos, como en Vejer, Jerez, Barbate o Arcos de la Frontera. ¡Ah, y el olor, su olor, sus olores y sus especias contra el reúma, el ronroneo del sueño, la taquicardia del corazón o las migrañas de la mente! Países hermanos, eso somos, y eso quieren ellos ser más que nosotros quizás. No debemos temerlos ni conmiserarlos; debemos acogerlos sin vallas, si nos lo solicitan legalmente. Aunque, mejor, que cada cual se mantenga en su terreno. Y lo aproveche.

-¿Y qué hacemos con la pesca y el petróleo y el turismo y las naranjas y los plátanos?

-Compartirlos también. Se trata de no enquistarse en viejos prejuicios y agravios y poner en funcionamiento la inteligencia, las buenas maneras y unas estrategias comunes ante la comunidad europea y el desenvolvimiento de la economía mundial.

Tetuán, conocida como la Paloma Blanca, símbolo de la paz, es una ciudad mediterránea moderna tan andalusí como marroquí-bereber, como se demuestra en sus plazas, puertas, fuentes, callejones, arcos y artesanías, en su diversidad y riqueza cultural y en su refinada repostería.

Tánger es la “ciudad encuentro” por antonomasia, la ciudad “internacional” en la que se han forjado culturas y civilizaciones que han sido o aún son la sal de la tierra: fenicios, cartagineses, romanos, árabes, judíos, bereberes, portugueses, británicos…y españoles. Su plaza del Zoco Chico o el alma de la Kasbah hacen las delicias de los viajeros y de su encanto gozaron pintores, músicos, escritores y cineastas como Delacroix, Saint Säens, Matisse, Paul Bowles, Paul Morand, Truman Capote…Una visión desde el faro del Cabo Espartel nos reconcilia con el mundo global.

Y Chefchauen, ah, Chefchauen es la villa santa, con veinte mezquitas y oratorios y numerosos museos religiosos, donde la arquitectura hispánica también se hace presente y donde la naturaleza lujuriante es otro de sus atractivos.

Ya lo sabéis: Marruecos espera a sus hermanos españoles, empresarios, comerciantes, constructores, turistas.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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