Run, run, run,
pim, pam, pum.
La trituradora
parece que llora
en su arrolladora
batida sin fin.
Bulle la madera
piopiñonera
con su lastimera
canción infantil.
Y el campo, impasible,
asiste al temible
daño irreversible
del bosque otoñil.
(Maderitos de San Juan,
los que -¡adiós!- se fueron
ya no volverán)
Run, run, run , run, run,
pim, pam, pum, pum, pum.
Mi mundo no es igual.
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
No hay comentarios:
Publicar un comentario