lunes, 10 de noviembre de 2014

Alfonso Guerra se va de la guerra que dio

Nadie más guerrero que él
en su bífido lenguaje
mandando a la p.m.
a la UCD de Suárez.
Y ahí le tienen despidiéndose
del escaño y sus atláteres
después de cuarenta años
comiéndose el chocolate
del loro que es el Congreso
para sus miembros notábiles
sin apenas una réplica
y sin el menor desgaste.
Cuarenta, se dice pronto,
pero hubo que soportarle
en sus claras displicencias
 de continuos disparates.
Que descanse Alfonso Guerra,
que de sus arneses baje
y se mezcle con la plebe
a ver cómo el pueblo arde
por ERES y por pujoles
simplemente insoportables,
por “mienmanos” encausados
en los que tuvo su parte,
por el Gonzalón aquel
al que a él le dio la llave,
por tantas trapacerías
de sindicatos culpables,
por rodiezmos apañados
con el Zapatero inhábil,
por mariscos y jamones
de conmitonas sablables,
por filesas y matesas
y otras trampas oficiales,
por obtusas decisiones,
por martiricidos gales,
y etcétera, tela, tela
marinera ya impagable.
¡Dios mío, cuántas mandurrias,
Dios mío, cuántos caudales
se fueron por las cloacas
del Estado a sus mandares!
Adiós, Alfonsito, adiós.
Nunca dio más guerra nadie.


a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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