viernes, 4 de julio de 2014

Tempestad en Pinillos de Polendos

Rayos caídos de punta han destrozado la jamonera-choricera de Pinillos de Polendos, donde, entre pinos, reside tanta gente que admiro por su trabajo y en donde mi padre hacía un alto en el camino de la venta carretera para tomarse un embutido al arrimo de un vinillo. Yo lo he hecho también muchas veces en recuerdo del sacristán de Cozuelos. ¡Cuánto siento la desgracia malavenida!

Precisamente estos días tengo que volver a pasar por allí en mis andanzas por el Cega y su potente afluente el Pirón. Una mala noticia que añadir al relato del trayecto por el que trasiego embarcado unas veces, y otras voy un pie delante de otro por sus riberas y los pueblos circunvecinos.


¡Oh Segovia, piel de mi carne viva, levántate y sigue siendo el paraíso (y la zahúrda) del cerdo ibérico!

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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