lunes, 16 de junio de 2014

Oda a Felipe VI en el día de su proclamación, coronación o entronización

¡Oh Vos, el esperado y preparado
Rey de España en los tiempos del futuro:
bienvenido seáis al pueblo recio,
resistente y feraz. Yo os saludo!
Y conmigo la inmensa mayoría
de pobres y políticos de turno
que intentan reencontrar en la Corona
un armónico y móvil contrapunto
a la desfachatez, la corrupción
y el todo vale o totum revolutum
que a parte alguna buena lleva y queda
sino al asuntatimiento del absurdo.
No es así, tú lo sabes y lo enseñas
con un comportamiento fiel y justo.
Unido a una Letizia de la plebe
- injerto sin dudar grato y fecundo-
serás para el país una esperanza,
un imán al que asirse bien seguro.
Aceptamos la nata Monarquía
porque en ella se asienta el orden público,
porque ansiamos templanza en libertad,
porque somos diversos pero unos
y porque del pasado, ay, aprendimos
que no debemos ir de tumbo en tumbo.
Manténnos al amparo de tu regia
voluntad de  estar todos listos, juntos
en pos de un porvenir prosecutivo
hacia la democracia en su conjunto.
Felipe VI eres y serás
mientras los ciudadanos, que no súbditos,
aprecien lo que vales, lo que intentes
y lo que a la nación convenga adjunto.
Entonces, qué ilusión, qué primacía,
qué volver a empezar y cuánto orgullo
sentirse copartícipe de un Príncipe
que repartió su sangre azul al vulgo.
El Jueves Corpus Christi de Dios mismo
te acercarás al pueblo en un trasunto
de tu padre Juan Carlos, el Primero
que dio a la democracia estampa y curso
y desde el barandal de un nuevo Oriente
veremos relucir el sol del triunfo,
aquel que los católicos reinados
extendieron por el tan ancho mundo
que la historia escribiera en letras de oro
con Felipe II, ley en puño.
Muéstrate recipiente y generoso
y otorga facultades e indultos,
que de ellos nos haremos responsables
y de ellos resta aún un alto cupo.
Que la griega Sofía, Reina y Madre,
te guíe en tal asunto peliagudo,
y que sigas al frente de la brújula,
gentil, altolozano e impoluto.
Esas son tres certeras bellas artes
y ese es uno de tus fijos tributos.
Con lucidez, mesura y jovianía,
que te vaya bonito, rey asunto.
No nos defraudes, pues que va tu vida
en no ser ya de nadie nunca muro.
Tú siempre el astro, el cónclave, la unión,
la compostura, el ring, la paz y el vínculo
ante la insolidaria predisposición
a hacerse cada cual rey Sisebuto.
No caben en España otras torpezas,
ni las del catalán ni las de Urkullu.
Por un reino de paz, concordia y lumbre,
mi canto endecasílabo concluyo.
A Vos, único prócer y estratega,
corresponde ser árbol, flor y fruto,
capitán timonel, motor, velero,
contramaestre, puerta, puerto y punto.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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