martes, 10 de junio de 2014

Degeneración de la poesía


Álvaro Valverde,
mi placentino grato,
comprensivo, frutal,
discursivo y ostiario,
por saber acordar
la poesía al hombre abierto al descampado,
ha sido sin cordura
trasverso, malherido y masacrado
por un ABC torpe
culturalmente hablando.
Dios, que no no nosotros, le perdone
al diario monárquico
el haber disfrutado predispuesto
de su nombre en vano.
Que crímenes así
se perpetren sin daño
para los sus lectores
fieles y atávicos,
es para renunciar
a mantener en el alto el ramo
de las rimas constantes y sonantes
que movían el ánimo
de poetas sensibles
y enamorados tantos.
Tranquilo, valverdino;
tranquilo, Álvaro;
tu sino es escribir,
y has de pasar de largo
de este infortunio triste,
pobre y malencarado
en el que te has visto envuelto
por exceso de incauto.
Occiso es él,
piedra de escándalo y escarnio,
no tu pluma verbátil,
versátil dedo alzado.
Lo tuyo fue una prueba,
lo tuyo fue un ensayo
palmatorio y notorio
mas nunca innecesario;
en todo caso, amigo,
logrado y bien hallado.
En tu blog incentivo
te seguiremos letreando.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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