miércoles, 16 de abril de 2014

La naranja de la luna


La naranja de la luna
cuando sale en primavera
¡quién tan soberbia la viera
como a ella la viera yo!
¿A que sí y a que no?

Por mirarla, cual ninguna
dama doncel de los cielos,
va y se sonroja de celos.
Pues más celos tengo yo
que el que violarte intentó.

¿Celos por qué, luna impávida,
si fuiste siempre primera
en mi querencia soltera
de tu cara con rubor
cual la más rosácea flor?

No me responde, impasible
ante la  inquieta dulzura
que mi corazón supura
por venas rojas de amor.
¿Habrá pues mayor dolor?

Anda, luna, luna, luna,
redonda copa lejana,
acércate a la ventana
y mirémonos los dos.
Yo nunca te diré adiós.

Aquí quedo de rodillas
suplicando tu bondad.
Dame perdón y piedad.
Por ti me perdiera yo
¿a que sí o a que no?

De ti depende y no hay más
discusiones por venir.
Contigo llorar, reir
y soñar un sueño a dos,
si es que así lo queréis vos.


a.sotopa@hotmail.com

91 847 02 25

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