martes, 3 de diciembre de 2013

Las Fábulas de El Asno de Oro: La paciencia del burro

Un asno estaba paciendo

y el dueño le arreó un palo:

“Malo, malo, malo, malo

¿y yo sufriendo?”

Cuando el dueño se calmó,

el burro, todo contento,

quiso que el bestia violento

a sus lomos se subiera.

¿Y sabéis por qué lo hiciera?

Por ser menos bestia que él.

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