viernes, 15 de noviembre de 2013

Viejo acunando niño



Un viejo acunaba a un niño
y el niño se fue durmiendo
por la fuerza del cariño
sobre su cuerpo yaciendo.
-Arrorró, cachito de oro,
le decía sollozando;
en mí tú estás suscitando
la cornamenta del toro,
un toro de vida a muerte
por cuatro suertes pasando,
cuatro suertes en que vierte
su sangre roja bufando.
Él con todo por delante,
yo paso a paso hacia atrás
al País Nunca Jamás
en que  no hay que levantarse.
Conclusión: dormido el niño,
el viejo también durmió.
¡Ay, la fuerza del cariño!
¿Quién es el viejo? Soy yo.

91 847 02 25

a.sotopa@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario