viernes, 21 de junio de 2013

Cincuenta gloriosos y pícaros viajeros, en La Matita y Sotosalbos


Para dar cumplimiento a las apetencias del cuerpo y del espí­ritu, que tení­an retenidas a lo largo del año, los Gloriosos Asociados del Mester de Picardí­a Viajera y Gourmet, presididos por Jesús García y Jiménez y su inseparable Paula Flórez, se dieron cita este fin de semana en el Restaurante La Matita, de Collado-Mediano, y en la iglesia de San Miguel, de Sotosalbos, joya románica a las puertas de Segovia.
Yo autobuses con ellos, como socio honorario, y en la explanada verde del recinto medieval fingí­ representar al Arcipreste de Hita en su encuentro con La Chata Recia a su paso por el Puerto del Malagosto, que nos miraba arriba, todavía­a resplandeciente de nieve. Y de esta forma fue como los recibí­, subido en un murete de piedra:

Acudid, gloriosos
cofrades-hermanos,
venid junto a mí,
peregrinos altos:
noticias del monte
necesito daros.
Soy el Arcipreste,
andábaos buscando
con la Chata recia
que me molió a palos.
Trashumantes somos
todos los humanos
y  como corderos
por el mundo vamos
sin mirar al cielo
santo, santo, santo.
Permitid que aquí­,
penas desahogando,
haga penitencia,
borre mis pecados,
pues yací­ con ella
sin  darle regalos,
ella por encima,
yo muy por debajo,
¡Cómo maceró
mi cuerpo serrano,
la carne y el hueso
hechos un guiñapo!
¡Oh qué triste suerte
ser tan  humillado!;
lo conté en el Libro
del  Amor antaño,
allá en la cuaresma
del catorceavo
siglo negligente
con los eclesiásticos.
Entremos adentro
del templo sagrado.
Que Santa Marí­a
nos coja en sus brazos.

Hizo de Chata mi mujer Ana Galisteo, y después de dar una vuelta por Turégano, que celebraba el vistoso mercadillo sabatino en su plaza soportalada, recalamos en La Matita, el mesón de las  Jornadas de la Caza, que atiende el pope-papa Jesús con su diestra familia. Nos trató como a Prí­ncipes de la Gastronomía, que es lo que somos: Revuelto de morcillas con huevos, lechazo ardiente y coruscante, ensalada de la huerta y ponche segoviano sin demasiado almí­bar, regados con vinos y licores de la casa. Una delicia, que continuamos degustando en la sobremesa del patinillo sombreado, y, al final del viaje juniano o juniero, en las estancias soleadas y arboladas del Castillo de Castilnovo, broche de oro de la Fiesta Anual del Glorioso Mester. Que se repita.

a.sotopa@hotmail.com
Tfno: 91 847 02 25


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