Aunque al final no pude dar el Pregón del Centro Hogar de Madrid en Barcelona el 3 de Mayo, por causas ajenas a mi voluntad, no me resisto a copiaros aquí el poema quintillizo que le había compuesto al Centro de todas las Españas, en honor a Moratín. Un Centro Hogar que está relleno de segovianos emigrantes también y por supuesto. Dice así:
Madrileños catalanes,
escuchad bien mi Pregón;
es la más alta ocasión
de cantar vuestros afanes
en este año sesentón.
Vengo de Madrid, y al cielo
quiero auparos de puntillas
en cien sonoras quintillas
que os van a venir al pelo
de otras tantas maravillas.
Pues maravillosos sois
los que dejando el hogar
encontrásteis el lugar
en el que residís hoy
abiertos de par en par.
Majas, chulapos y gatos
del acero de Madrid,
aquí echasteis ya raíz:
en los campos gratos, gratos
de Montserrat y Montjüic.
Va por tanto por vosotros
el Pregón catilinario
del fiestón sexagenario,
y también va por los otros
que os ajuntan a diario.
Y es que el oso y el madroño
no tienen por qué enfrentarse
si no fielmente entregarse
a los hijos o retoños
nacidos del mismo coño.
Y al revés, pues yo concibo
por encima del Mas vivo
que intenta dar paso atrás,
que su plan no es de recibo
para que reine la paz.
Haya concordia entre todos
los muy diferentes modos
de encarar a la nación;
desde el tiempo de los godos
vivimos en comunión.
Y si aquí “la bolsa sona”,
la bolsa suena en Madrid,
que tan rica es Barcelona
como aquella en la que el Cid
entró a punta de Tizona.
La confusa vocería
de una torpe desunión,
que baje su altanería
de autodeterminación.
No ha llegado aún ese día.
Juntos siempre, caballeros
de idéntico cabalgar
como aquel manchego fiero
que se arrodilló el primero
con vuestras vistas al mar.
Y es que es fama que hasta ahora
las dos ciudades son una
forjadas en la fortuna
de la historia emprendedora,
la que ya se dio en otrora
desde la tierra a la luna.
La ancha Barcelona abriga
a sus hijos y sus nietos,
importándole una higa
sean listos o paletos
porque su nobleza obliga.
Suena un rumor lisonjero
por Barcelona y Madrid.
Si la una es flor de lis,
la otra es su pebetero,
su raíz y su….matriz.
Crezcan el lirio y la rosa
abrazados en consenso
del amor puro e intenso
que de los dos se rebosa
como el olor del incienso.
El Centro Hogar arde en fiestas,
pues siendo tan manifiestas
sus semejanzas comunes,
Florencio va y nos las une
con simpatía interpuesta.
Mayo por la capital,
Mayo en la ciudad condal,
Mayo contra el extranjero
que no quiso ser primero
español racial total.
Una Sagrada Familia
y una Plaza de la Villa
se asientan en Barcelona.
Una y otra maravilla
merecen igual corona.
En iglesias y palacios,
en plazuelas y jardines,
en casas y en adoquines,
en bosquezuelos y espacios
rivalizan muy afines.
Son tan iguales las dos,
que se venga a verlas Dios,
como vino el emigrante
que a esta ciudad tolerante
vino libre y se quedó.
Tras un AVE presurosa,
en la Rambla de las Rosas
Madrid capital asoma
y aprende que Barcelona
con ella es la misma cosa.
Las praderas y corralas
son igual que las sardanas
en un corro de hermandad.
Viva la felicidad
que las entraña galanas.
Cocidito madrileño,
butifarra catalana,
los dos en su propio empeño
de hacer del hoy el mañana
bajo un idéntico dueño.
La Virgen de la Paloma,
zarzuelera por demás,
y la Virgen que se asoma
encima de Montserrat
firmen las paces y en paz.
¡Oh muy gloriosos viajeros
del foro madrileñista,
Barcelona estuvo lista
para en su seno acogeros,
adiós y triunfo a la vista!
No es el río Manzanares,
río de escasos caudales,
sino Besós/Llobregat
aquel que os sacó de males
en la emigración audaz.
Dad gracias a Barcelona
y dad gracias a Madrid,
pues si la prima es matriz
la segunda es prima donna
que le inclinó la cerviz.
Y ahora jotas y castillos
de hombres y damas en flor
por celebrar tal honor
unidos como un atillo
de espigas. Pues sí, señor.
Florencio, voz de este encuentro
madrileño catalán,
tú que eres el capitán
de tan expandido centro,
ponnos el punto final.
APULEYO SOTO PAJARES
Madrileños catalanes,
escuchad bien mi Pregón;
es la más alta ocasión
de cantar vuestros afanes
en este año sesentón.
Vengo de Madrid, y al cielo
quiero auparos de puntillas
en cien sonoras quintillas
que os van a venir al pelo
de otras tantas maravillas.
Pues maravillosos sois
los que dejando el hogar
encontrásteis el lugar
en el que residís hoy
abiertos de par en par.
Majas, chulapos y gatos
del acero de Madrid,
aquí echasteis ya raíz:
en los campos gratos, gratos
de Montserrat y Montjüic.
Va por tanto por vosotros
el Pregón catilinario
del fiestón sexagenario,
y también va por los otros
que os ajuntan a diario.
Y es que el oso y el madroño
no tienen por qué enfrentarse
si no fielmente entregarse
a los hijos o retoños
nacidos del mismo coño.
Y al revés, pues yo concibo
por encima del Mas vivo
que intenta dar paso atrás,
que su plan no es de recibo
para que reine la paz.
Haya concordia entre todos
los muy diferentes modos
de encarar a la nación;
desde el tiempo de los godos
vivimos en comunión.
Y si aquí “la bolsa sona”,
la bolsa suena en Madrid,
que tan rica es Barcelona
como aquella en la que el Cid
entró a punta de Tizona.
La confusa vocería
de una torpe desunión,
que baje su altanería
de autodeterminación.
No ha llegado aún ese día.
Juntos siempre, caballeros
de idéntico cabalgar
como aquel manchego fiero
que se arrodilló el primero
con vuestras vistas al mar.
Y es que es fama que hasta ahora
las dos ciudades son una
forjadas en la fortuna
de la historia emprendedora,
la que ya se dio en otrora
desde la tierra a la luna.
La ancha Barcelona abriga
a sus hijos y sus nietos,
importándole una higa
sean listos o paletos
porque su nobleza obliga.
Suena un rumor lisonjero
por Barcelona y Madrid.
Si la una es flor de lis,
la otra es su pebetero,
su raíz y su….matriz.
Crezcan el lirio y la rosa
abrazados en consenso
del amor puro e intenso
que de los dos se rebosa
como el olor del incienso.
El Centro Hogar arde en fiestas,
pues siendo tan manifiestas
sus semejanzas comunes,
Florencio va y nos las une
con simpatía interpuesta.
Mayo por la capital,
Mayo en la ciudad condal,
Mayo contra el extranjero
que no quiso ser primero
español racial total.
Una Sagrada Familia
y una Plaza de la Villa
se asientan en Barcelona.
Una y otra maravilla
merecen igual corona.
En iglesias y palacios,
en plazuelas y jardines,
en casas y en adoquines,
en bosquezuelos y espacios
rivalizan muy afines.
Son tan iguales las dos,
que se venga a verlas Dios,
como vino el emigrante
que a esta ciudad tolerante
vino libre y se quedó.
Tras un AVE presurosa,
en la Rambla de las Rosas
Madrid capital asoma
y aprende que Barcelona
con ella es la misma cosa.
Las praderas y corralas
son igual que las sardanas
en un corro de hermandad.
Viva la felicidad
que las entraña galanas.
Cocidito madrileño,
butifarra catalana,
los dos en su propio empeño
de hacer del hoy el mañana
bajo un idéntico dueño.
La Virgen de la Paloma,
zarzuelera por demás,
y la Virgen que se asoma
encima de Montserrat
firmen las paces y en paz.
¡Oh muy gloriosos viajeros
del foro madrileñista,
Barcelona estuvo lista
para en su seno acogeros,
adiós y triunfo a la vista!
No es el río Manzanares,
río de escasos caudales,
sino Besós/Llobregat
aquel que os sacó de males
en la emigración audaz.
Dad gracias a Barcelona
y dad gracias a Madrid,
pues si la prima es matriz
la segunda es prima donna
que le inclinó la cerviz.
Y ahora jotas y castillos
de hombres y damas en flor
por celebrar tal honor
unidos como un atillo
de espigas. Pues sí, señor.
Florencio, voz de este encuentro
madrileño catalán,
tú que eres el capitán
de tan expandido centro,
ponnos el punto final.
APULEYO SOTO PAJARES
Barcelona, 3 mayo 2013
a.sotopa@hotmail.com
T: 91 847 02 25
a.sotopa@hotmail.com
T: 91 847 02 25
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