El Papa y Cristina
se quieren casar.
En el Vaticano
un beso se dan.
¿Es beso de Dios
o de Satanás?
No se sabe aún,
el tiempo dirá.
La pelegrinita
sonríe sin más,
el de la sotana
le sonríe igual.
¡Me ha besado el Papa!,
dice la pelá.
¡Me ha besado el Papa!,
Qué casualidad.
Por los buenos aires
de la Cristiandad
vuela, vuela, vuela
el beso papal.
Y la argentinita
lujosa y sensual,
ríe, ríe, ríe
¿por qué reirá?
Dejad que el poeta
cuente su verdad
si es que se hace carne
al pie del altar.
El beso sorpresa,
limpio, virginal,
no estará por esas,
mas absuelta está.
Ay, pobre Francisco,
cuántas te vendrán
a pedir perdón
y un beso de paz.
Desde Jesucristo
Magdalenas hay.
Pues si ellas te besan,
besa, bésalas.
T: 91 847 02 25
a.sotopa@hotmail.com
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