miércoles, 20 de febrero de 2013

CRUCE Y MEZCLA DE SEGOVIANOS Y ANDALUZAS


Es uno más de tantos y tan diversos emparejamientos como puedan producirse en la viña del Señor que es toda la tierra, pero, para mí, porque lo que vivo en directo y a diario, uno de los mejores, de los más resultantes, satisfactorios y divertidos. Nunca acaba la complicidad y nunca termina la copla de la pareja. (Al que le haya ido mal, lo siento, es la excepción que confirma la regla de dos hechos uno).
Mira que el segoviano es austero, ahorrador, casi usurero, economicista al máximo, prudente, sensato, contenido, tímido, poca cosa en apariencia, aunque emprendedor al sumo, con otras tantas virtudes que le adornan, y la andaluza se muestra dispendiosa, jaracandosa, enllamecida en sus arrebatos, más noche que día, más baile que trabajo, más palabra de sobra que silencio de recato…, pero siempre está regando la flor de la albahaca o el lirio del casto varón de Judea (sic). Y su casa es su casa. Y su familia es su familia. Y no hay nadie que la detenga ahí. Es una leona que te defiende y te lee hasta las líneas de la mano, como si te hubiera conocido antes de encontrarte.
Háganme caso, emparéjense con una flamencona, si es de Córdoba todavía mejor, que ya las pintó Julio Romero de Torres en todo su esplendor carnal y hacendoso; pídanle ayuda si la necesitan al Manolo de Fuentesaúco, que lleva sus caravanas de mujeres casables por Cantalejo, Cobos, Fuentidueña y otros pueblos. Y luego van y me lo cascan.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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