miércoles, 17 de octubre de 2012

EL OCASO O ACALLAMIENTO DE LOS NOMBRES PROPIOS Y COMUNES

O sea, que según el Artur Mas tocacojones yo no me puedo llamar "español" en voz alta y compartida porque a él la palabreja le suena mal, le huele a imperialismo dominador de la "Cataluña sometida" por una España grande y libre. ¡Vaya mentira!, ¡vaya tontería! ¡Qué mal gusto y fario tiene el hermano díscolo, el hijo pródigo (de pedir, digo), el garbanzo duro y negro de la españolidad panamericana, y en tiempos pasados también casi paneuropea. (Ahí están Flandes, Italia y Alemania bajo Carlos I ó V, según se mire o desde el país que se estudie).

A ver si yo tampoco me puedo llamar Apuleyo porque resulte un nombre raro, desusado en la actualidad, cuando tan histórico, eufónico y literario es, ya que mi homónimo latino es Lucio Apuleyo, que vivió en Roma en el siglo II después de Cristo y escribió "Las metamorfosis" o "El asno de oro" -asno pero de oro, ahí es nada- una obra que fecundó desde sus orígenes la literatura universal o, al menos, la occidental que todavía leemos, con Lope, Cervantes, Quevedo y otros más que le leyeron y citaron.

Me acerco estos mismos días a Barcelona para pregonar las Fiestas del Centro Castellano y Leonés en la Ciudad Condal y sé que su sociedad mixta, políglota y multicultural me va a escuchar con atención en el Carrer Gran de Sant Andreu, número 412, como si fuéramos todos paridos por la misma Madre, nos llamemos como nos llamemos: gallegos, vascos, andaluces, extremeños, riojanos, aragoneses, cántabros, madrileños o catalonios...,retoños españoles todos.

¡Para separarnos estamos ahora, anda ya, Mas que poco a poco acabarás viniendo a menos!



a.sotopa@hotmail.com

T: 91 847 02 25

No hay comentarios:

Publicar un comentario