viernes, 6 de julio de 2012

Elegía de Atilano y sus leales servidores

Atilano, Atilano,
ya te lo decía yo,
Caja Segovia iba mal
desde que Bankia ahí entró
cambiando el organigrama
y al personal de función.
Asociarse al monstruo fue
cuanto menos un error.
No tuviste culpa tú,
-eso sí lo sabe Dios-
siempre atento a tu provincia
y a su provecho, mas no
salieron las cuentas bien
con Rato el defraudador.
(Y es que "los listos" son ciegos
como lo es el halcón
cuando pierde la cabeza
por una pieza mayor)
Pongo la mano en el fuego
del verano incendiador
porque tu recta manera
nunca un euro se embolsó
que no fuera de justicia
recibir, ¡oh, mi señor!
y tampoco tus mandados,
ejemplares en su honor,
pero el buen funcionamiento
de la Caja se quebró,
crecieron las disensiones
en el consejo asesor,
hubo heridos en el cambio,
se desbocó la ambición
y ocurrió lo que tenía
que ocurrir con el patrón:
correr con todos los cargos
ante el Justicia Mayor
del Reino por el enredo
en que el caso se fraguó.
No te mereces la insania
del enemigo traidor
ni la humillación sufrida,
también te lo digo yo.
Paciencia y a barajar
y a esperar la absolución.

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