viernes, 15 de junio de 2012

El confitero que todo lo regalaba en honor de su mujer

Había una vez un confitero bañezano que  lo que ganaba en su obrador de pasteles, pastas, tartas, besitos y melindres, conocidísimo y apreciado en toda la comarca, lo empleaba en obras de cultura y caridad. Se llamaba.... bueno, se llama Conrado Blanco, porque esto no es un cuento sino una historia viviente, y representa la tercera generación de la pastelería.

Conrado está casi ciego, pero sigue viendo con el corazón, un "corazón de estrella" , como él mismo dice que fue el corazón de su mujer, Charo González , "Charín", la estrella de su vida, en cuya memoria otorga un Premio nacional de Poesía Infantil dotado con dos mil euros y publica una revista que lleva ese mismo encabezamiento: "Charín, Corazón de Estrella". La revista se distribuye gratis por bibliotecas, centros culturales y colegios de toda España. Pero no sólo eso. Ha donado una finca de diez mil hectáreas al municipio de La Bañeza, donde nació en 1921, y el ayuntamiento le ha correspondido erigiéndole una estatua en bronce, con esta leyenda en la base de acero cortén: "Si vives sin hacer el bien, la vida no vale nada".

Así es este hombre, culto, laborioso, infatigable, íntegro, con el que he tenido el placer de asistir a numerosos congresos de cronistas, de cuya Real Asociación (RAECO) ambos formamos parte. Como investigador ha recogido en diez tomos, titulados "Capiteles para la Historia Bañezana", los hechos, los personajes, las costumbres y los monumentos de la célebre comarca leonesa, algo verdaderamente testimonial desde tiempos muy antiguos. "El cronista es un notario", suele afirmar, y su propio y fantástico archivo, que enseña con orgullo, es otra prueba. Y últimamente ha confeccionado un libro con las recetas de su abuelo, porque el amor familiar es lo que más le distingue, junto al desprendimiento por la sociedad en que se ha desarrollado y a la que ha dedicado cientos y cientos de artículos periodísticos, como ya hiciera también su padre en "El Jaleo" y "El Adelanto Bañezano".

Por su generosidad sin límites guardo en mi despacho-bliblioteca todos esos papeles y libros que me ha ido regalando, a los que se suman ahora los que me envía su mano derecha y ángel femenino, la profesora y poeta María del Camino Ochoa Fuertes. ¡Larga vida, pues, al protagonista de este cuento, un cuento real, aunque parezca mentira que aún haya personas con semejante grandeza de alma!

a.sotopa@hotmail.com

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