En tu blanca Comunión,
Paula de labia locuela,
un pajarillo gorrión
por mi corazón se cuela.
Y es que tiene que decirte
unas cuantas claras cosas:
la primera bendecirte
por ser infanta preciosa,
la segunda celebrar
con alegría y contento
el sano y rico alimento
que nos acabas de dar,
y la tercera, advertirte
que la familia te quiere
y en cualquiera suerte o sirte
te portes tal como eres:
Sensata, cordial, sincera
y jubilosa y chistosa,
que pareces una rosa
nacida en la primavera.
Tu madre doña Isabel
y tu padre don Alberto
te enseñaron a ir bien
y por el camino cierto.
Tú a trabajar y estudiar
como niña lista y mona,
yo no he encontrado otra igual
tan dulce y torrelodona.
Abre el pecho, da las manos
y sonríe a troche y moche;
en “La Entrada” nos quedamos
hasta que caiga la noche.
(Poemilla recitado a los postres del banquete el 2 de junio de 2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario