miércoles, 27 de junio de 2012

Adiós dolorido al Esteban Vicente

Me duele decirlo, pero lo digo con la cabeza bien puesta: el Museo Esteban Vicente es un muerto malviviente en la Segovia turística y monumental. Apenas nadie recorre sus salas; no les interesa más que a los cuatro gatos garduños que cobran de él y conferencian repitiéndose, y me abstengo de citar nombres, porque están en la memoria de todos, pero no son precisamente sus trabajadores de base los destinatarios de mi filípica, pobrecitos ellos, a los que echarán a la calle sin conmiseración ni reversibilidad alguna, ere que ere. Hablo de los altos irresponsables, que se esconden y se han escondido en un mutismo elitista y estúpido, a través de estos incipientes años en que todo era esperar para mejorar y ampliar. ¿Qué? Aire, que me lleva el aire de la desesperación y la desconsideración . ¿Fardar por qué y para quién? ¡Ay de los caídos, que han aceptado de momento la rebaja de sueldo! El sueldo hay que ganárselo, señoritos, con la producción consiguiente y convenida. Que no se trata de hilar poemas oscuros mientras no se trabaja a costa del erario público. Y ya sé que esto no gusta que se proclame en alta voz. Lo siento otra vez, pero...
 
"No he de callar por más que con el dedo / ya tocando la boca o ya la frente/ silencio avises o amenaces miedo/. ¿No ha de haber un espíritu valiente?/ ¡Siempre se ha de sentir lo que se dice?/ ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?/ ¿Os acordáis de Quevedo? Pues bien vienen y valen aquí sus endecasílabos contra los mandamases de la nada... en cuadros estupefactos.
 
Muchos se compungen por la falta de dinero para la cultura, yo también; pero mantener dinosaurios en escabeche se acabó. Hay otra multitud de opciones para revitalizar la cultura y distribuirla por las clases llanas, esas que están avariciosas de rectitud, verdad y conocimientos.
 
Cada vez que entré en el Esteban Vicente lo encontré vacío -vacío de visitantes y de contenidos- y a los amigos que llevé, cultos ellos, abducidos por la propaganda, lo desdeñaron a la salida. O sea, que hasta los propios  y propias lo consideraron inútil, innecesario, inservible, vasto imperio de la soledad y la vulgaridad. Sabían que era una cosa de amiguetes instalados y poco más. Así no funcionan las cosas, por más que se quieran en algún tiempo aproximar a las moderneces del Reina Sofía, por donde una directora anduvo...despistada, y volvió adonde solía bien forrada de intereses añadidos ¿Por qué? ¿Por qué tanta contrarazón evidente? Cría monstruos y te sacarán los ojos  discutidos y diputables o diputacionales  y comunitarios, para que no veas sus estropicios.
 
Esteban Vicente, pintor exiliado, perdóname, que aunque no me gustes tampoco es por ti este ya largo exordio; es que te han deteriorado a tí mismo queriendo ensalzarte con unas maneras nada populares y fuera de lugar y tratamiento. ¿Y ahora qué hacemos, qué hacen conmigo?, me preguntas. A otro perro con ese hueso. Doctores tienen el Ayuntamiento, la Caja, la Junta y otros patrocinadores defraudados.

a.sotopa@hotmail.com

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