domingo, 13 de mayo de 2012

De cómo el amor junta los cuerpos y las almas


Jaume Singla no sabía/ cómo amar a Sunta más/ y reía cada día/ frente a su cuerpo frutal/ en la boca una sandía/ en el seno un melonar/ en los brazos unas ramas/ locas de darse y atar.


“Dime, niña”, le decía/ casi casi sin hablar/ y en sus ojos se caía/ como una gota en el mar/ de Venus a sangre fría./ ¡Ay, quién se cayera igual!


“Sunta, siempre serás mía”, / suspiraba sin cesar/ cuando la melancolía/ de su corazón agraz/ en el aire se cernía/ por el campo catalán.


“Jaume, Jaume”…Ella volvía/ entonces a ser manjar/ y en sus brazos se fundía/ bajo la noche estelar/ ¡Qué bella la compañía/ de la dama y el galán!


Quisiera ser yo esa guía/ que atrae como un imán/ Juntos, ay, quién los vería/ paloma con gavilán/ Amor nos consumiría/ sin dejar de consumar/ Jaume, Sunta, vidas mías,/ jamás os podré olvidar.


a.sotopa@hotmail.com





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