Ciudades machadianas, Segovia la primera

Siempre he pensado y defendido en público, por hablado y por escrito, por radiofonado y televisado, que Segovia es la primera y principal ciudad machadiana en el universo mundo…, menos en Segovia. Ya es hora de que se le reconozca la titularidad, no sólo por los años de más larga estancia del poeta de “Campos de Castilla” en las riberas del Eresma, sino por la creación en la ciudad acueductora de sus personajes heterónimos más singulares y creativos, Abel Martín y el profesor socrático Juan de Mairena, de tanta enseñanza coloquial y popular, por refranera y poética. ¿Hay quién dé más? Que venga y que me lo diga. Yo traspasé la frontera pirinea en que murió solo y acosado por las tropas franquistas, por arrodillarme ante su tumba para obtener su bendición. Así le quise y le querré, lo leo, releeré y reverenciaré.


Este año Segovia va a ostentar la capitalidad de las ciudades diversas y dispersas –Úbeda, Soria, Collioure, Baeza…- en las que dispendió su inteligencia y caballerosidad republicana, o sea, del pueblo, y no sé si la concejala de Patrimonio, Claudia de Santos, preparada señora sin duda, estará a la altura de la difusión mayoritaria del acontecimiento, que ha pregonado allende las fronteras. Promete mucho, ojalá que lo cumpla. No basta una estatua pasiva en la plaza Mayor, ni basta una casa-pensión ajardinada en la calle de los Desemparados, como él, que viajaba a ver a Guiomar, su amada platónica en Madrid, en un tren de tercera. Los patrocinadores le ayuden, entre otros, su propio ayuntamiento socialista obrero menestral. 


¡Ojo al dato, Clara Luquero, luz de la Cultura, para esto te quiero y te requiero. ¡Ay! ¡Hay Festival en su honor! ¿Lo habrá o no? (Juanito Cruz, tú que sabes y puedes y organizas, dale un toque a la dama, porque la disposición misericorde del Malaquías del Pozo/pozo de la Caja ya se te ha ofrecido por supuesto, ¿verdad? Pues adelante, chiquito parlanchín de las televisiones y radios que son el SER de El País y la Cuatro plus asimilada).


Y Segovia, no me falles. Es ocasión única para trascenderte, humana si no fueras a la vez divina, por el resplandor que tanta luz y hermosura te dio y te sigue otorgando Machado, Antonio, a la sombra de la Mujer Muerta, muerta de amor, su Leonor. O Guiomar, pase de AVE en Palazuelos del Dick, suave güisqui trasegable. Digo. He dicho. Diré.


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